RESOLUCIÓN
DE CONFLICTOS
Bloque 3
El clima de un aula, en
general, es tranquilo y cálido, pero a veces entre los alumnos y alumnas se
producen conflictos que alteran el clima de la clase. Estos conflictos son
inevitables porque forman parte de las relaciones humanas que se generan por
una diferencia de intereses, deseos o valores. Por lo tanto, puesto que no
podemos evitar que sucedan conflictos en un aula propongo controlar los
impulsos más agresivos, y utilizar esos conflictos para enseñar a los alumnos a como resolverlos, es decir, desarrollar la
habilidad de resolver conflictos y de
esta forma utilizarla como un recurso de afrontamiento positivo de problemas. De
esta forma, los alumnos podrán disminuir su irritación expresando lo ocurrido y
comprendiendo las diferentes versiones para proponer soluciones de una forma
más activa empática y pacífica.
Por lo tanto, si la maestra
enseña a los alumnos a revolver conflictos estará desarrollando en ellos
valores como el respeto, la empatía, el control, la persistencia o la
tolerancia.
En el supuesto caso de que
dos alumnas pegan a un compañero y le rompen su juguete como docente, en primer
lugar juntaría a los tres niños en la asamblea junto al resto de sus compañeros
para analizar el conflicto y entre todos buscar soluciones.
En la asamblea primero le pediría
al niño agredido que me cuente su versión de lo que ha sucedido haciendo hincapié
en el detonante del conflicto, después le pediré a las dos niñas que hagan lo
mismo intentando mantener un diálogo en el que los tres se expresen y sobre
todo se escuchen. Una vez aclarado cual ha sido el conflicto le pediré al niño
que diga cómo se ha sentido cuando le han pegado y le han roto el juguete, y le
aconsejaría que en otro posible conflicto no tiene que dejar que le peguen sino
intentar hablar con los agresores y no tener miedo para poder afrontar el
problema. Después, les pediría a las niñas que dijeran como se han sentido
cuando han visto lo mal que han hecho sentir a su compañero, que describan el sentimiento:
alegre, triste, furiosa, arrepentida, etc. Y como lo más posible es que digan que se han
sentido mal, aprovechar ese arrepentimiento para hacerles ver que provocando
conflictos agresivos nunca conseguirán su objetivo, sino que lo perderán y después
se sentirán peor.
Finalmente, una vez
verbalizado lo que ha pasado y saber cómo se han sentido, les pediría que
propusieran soluciones para solucionar este conflicto, por ejemplo: pedirle
perdón sincero al compañero, regalarle un dibujo como muestra de su arrepentimiento
o invitar a ese compañero a jugar juntos, porque a pesar de los conflictos nunca
tenemos que ser rencorosos u orgullosos ni con nosotros mismos ni con otros.
Por último, aprovechando que
se ha producido este conflicto y estamos mirando el lado positivo de lo
sucedido propondría una actividad “El conflicto racional-emocional”.
Esta actividad consiste en
que los alumnos y alumnas tienen que escenificar un conflicto que la maestra
les proponga y mostrar cómo actuarían y lo solucionarían, tras haber visto y
escuchado el conflicto que ha ocurrido con las dos niñas y el niño. Y después,
digan cómo se han sentido cuando en otras ocasiones han sido agredidos o han
agredido y cómo se sienten cuando el conflicto se ha llevado a cabo de una
forma pacífica.
La finalidad de esta
actividad es que los alumnos y alumnas comprendan que hay otras formas de
actuar ante un conflicto que no es la agresividad, y que actuando de esta forma
después no se sentirán mal por haberle hecho daño a otra persona o que la otra
se lo haya hecho a él, ya que todos tiene que decir qué les molesta de otra
persona pero tienen que aprender a cómo decirlo controlando sus impulsos.
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