lunes, 28 de marzo de 2016

Resolución de conflictos

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Bloque 3
El clima de un aula, en general, es tranquilo y cálido, pero a veces entre los alumnos y alumnas se producen conflictos que alteran el clima de la clase. Estos conflictos son inevitables porque forman parte de las relaciones humanas que se generan por una diferencia de intereses, deseos o valores. Por lo tanto, puesto que no podemos evitar que sucedan conflictos en un aula propongo controlar los impulsos más agresivos, y utilizar esos conflictos para enseñar a los alumnos  a como resolverlos, es decir, desarrollar la habilidad  de resolver conflictos y de esta forma utilizarla como un recurso de afrontamiento positivo de problemas. De esta forma, los alumnos podrán disminuir su irritación expresando lo ocurrido y comprendiendo las diferentes versiones para proponer soluciones de una forma más activa empática y pacífica.
Por lo tanto, si la maestra enseña a los alumnos a revolver conflictos estará desarrollando en ellos valores como el respeto, la empatía, el control, la persistencia o la tolerancia.
En el supuesto caso de que dos alumnas pegan a un compañero y le rompen su juguete como docente, en primer lugar juntaría a los tres niños en la asamblea junto al resto de sus compañeros para analizar el conflicto y entre todos buscar soluciones.


En la asamblea primero le pediría al niño agredido que me cuente su versión de lo que ha sucedido haciendo hincapié en el detonante del conflicto, después le pediré a las dos niñas que hagan lo mismo intentando mantener un diálogo en el que los tres se expresen y sobre todo se escuchen. Una vez aclarado cual ha sido el conflicto le pediré al niño que diga cómo se ha sentido cuando le han pegado y le han roto el juguete, y le aconsejaría que en otro posible conflicto no tiene que dejar que le peguen sino intentar hablar con los agresores y no tener miedo para poder afrontar el problema. Después, les pediría a las niñas que dijeran como se han sentido cuando han visto lo mal que han hecho sentir a su compañero, que describan el sentimiento: alegre, triste, furiosa, arrepentida, etc.  Y como lo más posible es que digan que se han sentido mal, aprovechar ese arrepentimiento para hacerles ver que provocando conflictos agresivos nunca conseguirán su objetivo, sino que lo perderán y después se sentirán peor.
Finalmente, una vez verbalizado lo que ha pasado y saber cómo se han sentido, les pediría que propusieran soluciones para solucionar este conflicto, por ejemplo: pedirle perdón sincero al compañero, regalarle un dibujo como muestra de su arrepentimiento o invitar a ese compañero a jugar juntos, porque a pesar de los conflictos nunca tenemos que ser rencorosos u orgullosos ni con nosotros mismos ni con otros.
Por último, aprovechando que se ha producido este conflicto y estamos mirando el lado positivo de lo sucedido propondría una actividad “El conflicto racional-emocional”.
Esta actividad consiste en que los alumnos y alumnas tienen que escenificar un conflicto que la maestra les proponga y mostrar cómo actuarían y lo solucionarían, tras haber visto y escuchado el conflicto que ha ocurrido con las dos niñas y el niño. Y después, digan cómo se han sentido cuando en otras ocasiones han sido agredidos o han agredido y cómo se sienten cuando el conflicto se ha llevado a cabo de una forma pacífica.
La finalidad de esta actividad es que los alumnos y alumnas comprendan que hay otras formas de actuar ante un conflicto que no es la agresividad, y que actuando de esta forma después no se sentirán mal por haberle hecho daño a otra persona o que la otra se lo haya hecho a él, ya que todos tiene que decir qué les molesta de otra persona pero tienen que aprender a cómo decirlo controlando sus impulsos.

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