domingo, 27 de marzo de 2016

La siesta.

El sueño en la infancia
Bloque 2

El sueño es un estado de reposos uniforme de un organismo en contraposición al estado de vigilia, una necesidad fisiológica vital para el buen funcionamiento del organismo así como el desarrollo físico, emocional, cognitivo y social de la infancia.
Por lo que es muy importante en los primeros años de vida que se respete el ritmo del sueño infantil  para favorecer su desarrollo ya que hay que adaptar las horas de sueño a la etapa de desarrollo. De modo general el niño o niña desde que nace hasta el año debe dormir de 16 a 18 horas. De 1 a 3 años deben dormir entre 10 y 13 horas al día, periodo en el que la siesta va desapareciendo progresivamente, y entre los 4 y 5 años deben dormir de 10 a 12 horas por la noche con un periodo pequeño de descanso después de comer. Y a partir de los 6 años las horas de sueño van disminuyendo, una hora cada año.

Además, es necesario mantener buenos hábitos de higiene de sueño como por ejemplo mantener un horario fijo para ir a dormir y levantarse con un con periodos previos de tranquilidad, una habitación oscura a una temperatura adecuada y sin ruido ambiental o evitar antes de dormir el consumo  de bebidas o alimentos estimulantes, y sobre transmitirle cariño y seguridad.
Desde mi punto de vista, en la escuela los maestros en el caso de observar que el rendimiento de un alumno /a no es del todo favorable debido a la falta de sueño, podemos aconsejar a los padres sobre algunos hábitos rutinarios para suplir esta carencia.
Por lo tanto, en una escuela infantil de primer ciclo tendría en cuenta a la hora de la siesta para que los niños y las niñas puedan descansar y relajarse aspectos como:
     Crear un ambiente de tranquilidad unos minutos antes de dormir para que el niño pueda relajarse.
     Utilizar canciones relajantes, manteniendo siempre está rutina diaria para que el niño sepa cuál es el momento de dormir.
     Buscar un espacio donde no haya mucha luz, la temperatura sea agradable y se esté tranquilo, donde el ruido ambiental sea mínimo y no interrumpa su hora de descanso.
     Es importante además tener en cuenta el tiempo adecuado de sueño que deben tener los niños de acuerdo a su etapa de desarrollo.
     Mostrar a los alumnos y alumnas al acostarles una actitud cariñosa hacia ellos, proporcionándoles de esta manera seguridad y tranquilidad.

¿Qué harías con quienes no quieren dormir siesta?
Y en el caso de un aula de infantil de 3 años tendremos que tomar aspectos más flexibles, puesto que nos encontramos con la transición del primer al segundo ciclo de Infantil, algunas de las costumbres del primer ciclo van desapareciendo paulatinamente.
Es el caso de la siesta, respetaremos a quienes necesiten descansar, pero ya no utilizaremos un aula aparte para las siestas. Por lo tanto, la organización del aula sería la siguiente: por una parte, tendríamos la alfombra que es utilizada para la asamblea, así como los cojines para que los niños estén más cómodos. Además, tenemos un armario donde podemos encontrar algunas colchonetas de gomaespuma, utilizadas exclusivamente para la siesta.
Por otra parte, encontramos el aula dividida en rincones, por lo que estará el rincón de la asamblea, que será utilizado por aquellos niños que quieran hacer siesta, proporcionándoles los materiales anteriormente mencionados.
Y en cuanto al alumnado que no quiera hacer siesta, se distribuirá por los rincones para jugar libremente, ver una película en el proyector para estar tranquilos, revisar cuentos o pintar.
Para facilitar la relajación antes de dormir siesta se realiza un pequeño taller de relajación.
Este taller consiste en sentar a los alumnos en la alfombra de la asamblea de la clase y que junto con la maestra realicen estiramientos de los brazos y espalda, mientras suena de fondo música relajantes. Tras los estiramientos, una vez tumbados realizarán ejercicios respiratorios a la vez que la maestra les va pasando por encima de sus cuerpos una pluma blanca.
El objetivo fundamental de esta actividad es que los niños y niñas aprendan a relajar su cuerpo y su mente tras una primera jornada de trabajo, porque al igual que los adultos, los niños y niñas también se estresan y sus energías disminuyen. Por lo que es fundamental proporcionarles un pequeño descanso para favorecer su rendimiento académico y vital.


Referencias.

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