domingo, 28 de febrero de 2016

INFORME SOBRE EL DESARROLLO HUMANO 2015.

INFORME SOBRE EL DESARROLLO HUMANO 2015.
 TRABAJO AL SERVICIO DEL DESARROLLO HUMANO.

Bloque I
El informe sobre el desarrollo humano llevado a cabo en 2015 pretende mostrar la otra cara de muchos de los trabajos productivos pero con un proceso que es infrahumanos llevado a cabo por políticas inadecuadas que producen la desigualdad de oportunidades y de remuneración laboral.


Por lo tanto, el objetivo del informe es concienciar a la población sobre la prioridad que tiene la vida ante la encomia con el fin de conseguir un crecimiento económico equitativo que reduzca la pobreza y la desigualdad de genero, ya que al mejorar el desarrollo humano en el ámbito laboral aumenta el capital humano y amplia las oportunidades consiguiendo un mayor resultado.


Hoy en día a pesar de que la población está altamente informada, en gran parte por la masiva información que encontramos en las TIC, preferimos ignorar las consecuencias y soluciones que podemos afrontar ante este tipo de trabajo que supone la violación de los derechos humanos, la obtención de un salario de explotación, la vulneración de la dignidad humana y de la autonomía y libertad humana, y la inseguridad humana laboral.



Datos y cifras de las consecuencias reales del trabajo forzoso:
·         833 millones de personas en pobreza extrema.
·         759 millones de personas que padecen hambre crónica.
·         660 millones de personas sin acceso a agua potable.
·         37 millones de personas con el VIH.
·         250 millones de personas que no han adquirido una educación formal de calidad.
·         1500 millones de personas que tienen un empleo vulnerable y carecen de condiciones        de trabajo          dignas.
·         30 millones de trabajadores sufren violencia en el trabajo.
·         168 millones de niños trabajan en condiciones deplorables .
·         21 millones de personas son víctimas de la trata sexual o laboral.

Por lo tanto, a pesar de que la mayoría de los trabajadores no trabajan contra su voluntad, sino por necesidad, son explotados en trabajos forzados que anulan sus derechos humanos y en consecuencia su desarrollo humano.
Así pues, para que las políticas destinadas a prevenir y evitar el trabajo forzado y la trata de personas sean eficaces, deberán abordar el problema de la discriminación y la marginación, ya que los grupos de personas con menos recursos son más vulnerables a causa de su empobrecimiento y exclusión social.  
Además , la discriminación de género también contribuye a la vulnerabilidad estructural de las mujeres y las niñas al trabajo forzoso, ya que a menudo son excluidas tanto de la educación como de los mercados de trabajo o en el caso de ser excluidas con peores condiciones laborales y salarios más bajos que los hombres, por ello son susceptibles de ser víctimas de la trata de personas. 
De modo que se debe apostar por eliminar la discriminación en materia de empleo y trabajar para cambiar las leyes, promover la igualdad de oportunidades y combatir las actitudes discriminatorias en el trabajo y en la sociedad en general. Esta labor es fundamental para proporcionar a los grupos marginados oportunidades en materia de educación, formación y trabajo, que les permitan salir del ciclo de la exclusión social.

Por lo tanto, para solucionar la problemática del trabajo forzado vinculado al desarrollo humano es necesario llevar a cabo actuaciones globales que ayuden a erradicar este tipo de trabajo y conseguir  que los individuos sean libres a partir del conocimiento de toda la sociedad de sus derechos y cómo acceder a ellos para evitar que caigan en el trabajo forzados empezando desde la escuelas con la presentación de programas educativos preventivos o a través de la difusión de campañas de sensibilización en los medios de comunicación para que la sociedad comprenda la problemática del trabajo forzados y la trata de personas, y emprendan el papel que pueden desempeñar para ayudar a erradicar estos abusos.
Además, es fundamental  la sensibilización de los sindicatos para apoyar leyes normativas que prohíban y castiguen todas las formas de explotación laboral y de la trata de personas. 
Otra solución podría ser brindar a las víctimas ayuda mediante la creación de centros o de una línea telefónica de emergencia para prestar asesoramiento confidencial, administrativo o jurídico y les informen de los lugares a los que pueden acudir para pedir ayuda o realizar cursos y poder obtener oportunidades de formación profesional y les permita regresar a su país de origen con nuevas competencias a fin de facilitarles encontrar empleo, aumentar su autoestima y rehacer sus vidas. Así como llevar a cabo políticas de desarrollo que ofrezcan a estas personas oportunidades de generar ingresos como alternativa al trabajo forzoso  a través de programas de desarrollo rural, acuerdos de arrendamientos, ofertas de trabajos o el acceso a servicios educativos y de sanidad locales.
Un ejemplo de los centros de información es la Confederación Nacional Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) de España.
En cuanto al problema de trata de personas se deberían llevar a cabo programas para ayudar a rehabilitar y reintegrar a las mujeres víctimas de explotación sexual con el fin de evitar que reproduzcan de nuevo esta situación debido a la falta de medios y de apoyo.
Y finalmente, en cuanto al trabajo infrahumano realizado por niños menores de 16 años, decir que es el mayor problema dentro de todos los que constituyen la explotación y el trabajo forzado y el que por supuesto deja mayores secuelas en los niños que después serán adultos frustrados y resignados a un pésimo futuro sin ninguna expectativa de mejora.
 De modo que para evitar estas consecuencias se deben de llevar a cabo proyectos y programas para erradicar el trabajo infantil y lograr que los niños dejen de trabajar y estén en escuelas en las que reciban una enseñanza que desarrolle sus capacidades y su creatividad y reciban toda la atención y la asistencia sanitaria, alimentaria  y emocional que un niño necesita para desarrollarse al completo y puedan tener un futuro mejor, aunque a veces es difícil traspasar la barrera de los patrones culturales que no tienen una misma perspectiva sobre el trabajo infantil.
Algunas de las organizaciones más destacadas que ayudan a luchar contra el trabajo infantil y a defender los derechos humanos de todos los niños son Unicef, Ompa o Humanium, entre otras.


Para ampliar más el conocimiento sobre el tema del trabajo al servio del desarrollo humano encontrais información en las siguientes fuentes: